CERAC midió la evolución de la facturación a nivel mayorista y minorista durante el año pasado. Los principales desafíos del sector y los stocks. El balance de Fabién Servetto y Esteban Martín.
La venta de repuestos automotor se situó unos 10 puntos por debajo de la inflación minorista durante 2022, según el tradicional relevamiento de CERAC, lo cual pese al crecimiento del volumen total marca una caída de la facturación en moneda dura.
El mayor impacto se sintió a nivel mayorista, donde el incremento de la facturación según fue de casi el 79%, mientras que a nivel minorista esa evolución apenas sobrepasó el 84%. Cabe recordar que el índice de precios al consumidor en la Argentina fue del 94,8%.
Como la enorme mayoría de los repuestos son totalmente importados o en su integración hay una alta participación de insumos y elementos traídos del exterior, esa caída comparada se produce en términos de dólar. Cuando se traslada la facturación en pesos a esa moneda, el sector registra hoy ingresos del 40% comparado con los años 2016, 2017 y 2018.
Al evaluar el año transcurrido y lo que podría venir en 2023, Fabián Servetto, presidente de CERAC, aludió al impacto de la caída de stocks.
«Inicialmente lo más difícil el año pasado era el precio, pero también la incertidumbre y el abastecimiento pese a que había stocks», explicó.
Con el transcurrir del año, los stocks comenzaron a disminuir y eso incidió en los precios, agregó.

Junto con esta, subió la presencia del repuesto usado, «que a nosotros como Cámara siempre nos preocupa cuando su origen es clandestino».
«En el mercado los stocks disminuyeron notablemente, vemos que realmente aparecen complicaciones como para tener el mercado normalmente abastecido», agregó Servetto.
Recordemos que el sector repuestero fue declarado un servicio esencial durante la pandemia, no podrá cumplir ese rol en lo sucesivo si no se normaliza el abastecimiento al mercado.
En cuanto a la dinámica del sector, Servetto comentó que durante el año pasado se acentuó la continúa la rotación de casas de repuestos y cambios generacionales.
«No es un negocio fácil de llevar, la barrera de entrada es alta no solo por la inversión, sino también por el abastecimiento», subrayó.
El sector del neumático, por ejemplo, la caída de stocks producto de los faltantes es significativa. Hay modelos de gomas que ya no se consiguen.
MENOS, EN DÓLARES
Por su parte, Esteban Martín, presidente de la federación FACCERA y responsable del relevamiento de mercado, señaló con preocupación esa caída de facturación en dólares, dado que el mercado funciona con esa referencia.

«Esto quiere decir que el sector viene perdiendo mucha rentabilidad desde hace años. Siete, ocho, 10 por ciento. Pese a que uno puede entusiasmarse con el hecho de que pareciera haber una mayor facturación en pesos en los negocios. Este año va a ser del 12 al 15%», describió.
El riesgo de ese desfasaje es que el repuestero se vaya consumiendo su capital con menos chances de producir la reposición que necesita para continuar el giro de la actividad.
Con la situación del abastecimiento, Martín calculó que los faltantes alcanzan alrededor del 12% de la oferta total. «Esto también contribuye a tirar abajo el volumen de ventas, todo suma. Lo mismo que los repuestos usados, todo le impacta al repuestero», indicó.
Finalmente, el dirigente, aseguró que tras los últimos incrementos salariales, «sostener a cada empleado requiere ventas por no menos de 300 mil pesos».